¿Quién es Tita Pérez cuando se apagan los focos del éxito?
Fuera del entorno profesional, soy una mujer sencilla, serena y profundamente agradecida. Nunca he perseguido el éxito como meta; ha sido la consecuencia natural de hacer lo que amo con entrega y sentido. Para mí, los logros visibles cuentan poco si no están sostenidos por valores personales sólidos. Disfruto de los momentos íntimos, como compartir en familia, orar o detenerme a reflexionar sobre lo esencial. El verdadero éxito, en mi opinión, se mide en paz interior y en el bien que somos capaces de sembrar en los demás.
En un mundo que premia lo inmediato, ¿cómo se construye un legado como el de TITA PÉREZ STUDIO?
Un legado se cultiva, no se improvisa. En esta era de resultados exprés, yo he elegido el camino de la siembra paciente, con una visión clara y un compromiso constante. TITA PÉREZ STUDIO nació de la convicción de que la belleza puede ser una vía de crecimiento profundo. No me interesa lo fugaz; busco lo perdurable. Por eso, cada decisión ha estado guiada por principios, no por modas, y por una vocación genuina de servicio a los demás.
¿Qué principios filosóficos sostienen tu forma de entender la belleza y el liderazgo?
Creo firmemente que la belleza auténtica nace del interior. No es una meta estética, sino un reflejo de la armonía con uno mismo. En cuanto al liderazgo, no lo concibo como autoridad impuesta, sino como acompañamiento y ejemplo. Mi trabajo se sustenta en la honestidad, el respeto y el compromiso ético. Para mí, la belleza debe expresar integridad, y el liderazgo verdadero se ejerce desde la empatía, no desde el ego.
¿De qué manera la cultura del esfuerzo y la constancia ha moldeado tu trayectoria como empresaria?
La constancia ha sido mi brújula. Como en toda trayectoria emprendedora, he atravesado obstáculos, dudas y momentos de cansancio. Pero siempre supe que lo valioso exige tiempo y entrega. Aprendí a persistir con humildad, a aprender del error y a seguir adelante con mirada fija en el objetivo que me había marcado. Nada ha sido fruto del azar. Todo ha sido resultado de trabajo honesto, pasión y fe.
¿De qué manera la cultura del esfuerzo y la constancia ha moldeado tu trayectoria como empresaria?
La constancia ha sido mi brújula. Como en toda trayectoria emprendedora, he atravesado obstáculos, dudas y momentos de cansancio. Pero siempre supe que lo valioso exige tiempo y entrega. Aprendí a persistir con humildad, a aprender del error y a seguir adelante con mirada fija en el objetivo que me había marcado. Nada ha sido fruto del azar. Todo ha sido resultado de trabajo honesto, pasión y fe.
Tu estudio y academia de formación no solo transforma la imagen externa, sino que también impulsa a otras mujeres. ¿Cómo integras el desarrollo personal en tu propuesta de valor?
Para mí, la transformación más poderosa ocurre de adentro hacia fuera. En TITA PÉREZ STUDIO acompañamos a las mujeres en un proceso integral, donde la imagen se convierte en vehículo, no, en fin. Trabajamos no sólo la parte técnica dentro del marco de la estética y la belleza, también va implícito conceptos de autoestima, confianza, liderazgo… porque cuando una mujer se reconoce, se cuida y se respeta, eso se proyecta naturalmente en su presencia. Mi compromiso es con el bienestar completo: físico, emocional y espiritual.
En países como Arabia Saudí, la belleza tiene una fuerte carga simbólica y espiritual. ¿Encuentras puntos de conexión entre tu enfoque y estas culturas?
Absolutamente. Comparto profundamente esa visión de la belleza como expresión del alma y del respeto hacia uno mismo. En muchas culturas, la estética va unida a la espiritualidad, al equilibrio y al silencio interior. En mi trabajo, aunque no siempre se menciona de forma explícita, la espiritualidad está muy presente: en el trato, en la intención, en la forma en la que acompañamos. Es una belleza que honra lo sagrado de cada ser humano.
Muchos líderes buscan hoy algo más que estética: buscan autenticidad y presencia. ¿Cómo trabajas el branding personal desde el alma?
El verdadero branding personal no se diseña; se revela. No se trata de crear una imagen ficticia, sino de conectar con la esencia y permitir que esta se exprese con coherencia. Yo acompaño a mis clientas a descubrir quiénes son y a alinear su imagen externa con su verdad interior. Esa coherencia genera confianza, presencia y un impacto duradero.
¿Qué lugar ocupa la vulnerabilidad en tu vida como mujer empresaria?
La vulnerabilidad ha sido mi mayor maestra. Aprender a mostrarme tal como soy, sin máscaras ni perfección impostada, me ha hecho más libre. En mi experiencia, cuanto más auténtica he sido, más profundamente he conectado con otras mujeres. Ser empresaria no me exige dureza, sino coraje, y el coraje incluye aceptar mi humanidad. La vulnerabilidad bien gestionada no resta autoridad; la humaniza.
¿Has pasado de una silla y un espejo a formar a otras profesionales? ¿Cómo se convierte una visión personal en un ecosistema de impacto?
Todo comenzó con una intención: crear un espacio donde las mujeres se sintieran vistas y valoradas. Con el tiempo, esa intención se convirtió en un modelo, y el modelo en una comunidad. La formación ha sido la herramienta que me ha permitido multiplicar ese impacto. No solo formo profesionales; preparo a líderes; mujeres capaces de transformar sus entornos desde su autenticidad.
En tu opinión, ¿cuáles son los ingredientes esenciales para liderar con alma en un entorno competitivo?
Autenticidad, escucha y visión. Liderar con alma no significa ser ingenua, sino tener el coraje de actuar desde los valores. En un mercado competitivo, el corazón marca la diferencia. Cuando haces las cosas con sentido, con pasión y con respeto, se nota. Y ese tipo de liderazgo no solo consigue resultados: deja huella.
¿Cómo visualizas la expansión de TITA PÉREZ STUDIO en un contexto internacional y multicultural?
La imagino como una expansión con alma, siempre respetuosa de las culturas y los valores locales. No queremos imponer un modelo, sino compartir una filosofía: la belleza como camino hacia el bienestar integral. Mi sueño es llevar esta propuesta a nuevos territorios sin perder la esencia que nos define: cercanía, calidad y autenticidad.
Si sólo pudieras transmitir una enseñanza a las mujeres del mañana, ¿cuál sería?
Les diría que confíen en su voz interior. Que no busquen encajar, sino florecer. Que comprendan que su autenticidad es su mayor poder. El mundo necesita mujeres que lideren desde el corazón, que vivan con propósito y que inspiren desde su verdad. No se trata de ser perfectas, sino de ser completas. Todo lo que necesitan, ya lo llevan dentro.